Por: Luisa Bernhardt Desde que somos niños damos indicios de nuestra personalidad, ya sea en la forma de expresarnos, relacionarnos con los demás e inclusive en nuestros pasatiempos; pueden parecer sin importancia pero estas conductas muchas veces hablan más alto que las palabras. Es en esta etapa de nuestra vida en que la autenticidad está a flor de piel, nos sentimos libres, en nuestro elemento y con un brillo en los ojos que iluminaria toda la avenida Duarte. Entonces si esta actitud nos hace poderosos, felices y únicos ¿Por qué cuando nos vamos haciendo adultos aplicamos cambios drásticos y nos convertimos en alguien completamente distinto?. Muchas veces somos presionados por el entorno a lo largo de nuestra vida; paradigmas que nos inducen a ser de una forma en particular, a actuar dependiendo del lugar, de las personas que estén, de la posición que desempeñemos e incluso de las metas que queremos lograr. Ojo, no confundamos buenos modales con pers...
"Aunque parezcan inalcanzables tus metas, tienes el poder de crear la escalera para llegar hasta ellas".- Luisa Bernhardt