Por: Luisa Bernhardt
En los días próximos a finalizar un
año, frases como el próximo año si iré al gimnasio, estudiare, cambiare de
empleo, visitare la iglesia, haré, voy a...etc son tan habituales como el cerdo
asado y se escuchan con más frecuencia que el merengue "Volvió Juanita".
A raíz de esto me surgieron
preguntas como: ¿Hay alguna ventaja en esperar a que cambie una fecha en el
calendario para desarrollar nuevos hábitos, trazarnos metas y trabajar para
alcanzarlas? ¿Qué diferencia puede hacer el cambio de un digito en una serie de
cuatro números?, y luego de darle vueltas en mi cabeza al asunto, solo me surgió
una respuesta: Ninguna.
Si analizamos nuestro entorno, la
vida sigue su agitado curso; los comercios no cierran sus puertas, los
aeropuertos siguen funcionando, los centros de salud siguen dando servicios, y
si cito otras áreas tendría que escribir 10 páginas para enumerarlas todas. Entonces
no hay razón para decidir cerrar la empresa más importante de todas: tu vida.
Atar nuestra vida a una época, es como
si nos prohibiéramos a nosotros mismos generar ideas , poner en marcha planes e
ir tras aquello que nos llevara a lograr
nuestras metas ; es en mi opinión arriesgarnos a desperdiciar 24 horas de cada día
que aún le queda al "viejo" año porque ya no hay tiempo de hacer nada,
así como dejar pasar cada día del
"nuevo" porque " Mal año entra nadando" .
Año nuevo es el momento en el que te
levantas y tomas la decisión de salir a luchar por tus sueños, sin importar la
fecha, hora o ubicación geográfica. Año nuevo es tener una actitud positiva, no dejarte vencer por el cansancio o el
desanimo e intentarlo cuantas veces sea necesario. Año nuevo es no dejarte
presionar por una fecha o un paradigma.
Muchas personas saben que les
apasiona, cual es su proyecto de vida y donde quieren llegar, si aún no lo sabes o no lo has
descubierto, date la oportunidad de salir allá afuera y averiguarlo, pero no
esperes al invierno para hacerlo, hay tres estaciones más esperando por ti.

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